Género: Doom Metal
Duración: 45:16min. Año: 2011 Formación:
Bobby Liebling (voz)
Victor Griffin (guitarra) Greg Turley (bajo) Tim Tomasselli (batería) |
Es curioso como cambian las cosas cuando hay dinero y grandes sellos de por medio. PENTAGRAM, la institución norteamericana del Doom/Rock de los 70s parecía muerta y enterrada, destinada a arrastrarse junto a su líder Bobby Liebling por una espiral de caos, humillación, drogas y autodestrucción. De hecho, desde “Be Forewarned” del 94 que PENTAGRAM no habían vuelto a ser una banda con todas las de la ley nunca más, pasando a ser el proyecto en solitario del señor Liebling rodeado siempre de señores desconocidos y editando discos que pese a estar bastante bien, pasaban con más pena que gloria por una escena evocada a olvidarles e ignorarles.
En esas que llegados a los tiempos corrientes, todo el fenómeno Doom/Rock explota de la mano de formaciones como THE DEVIL’S BLOOD, GHOST, JEX THOTH o BLOOD CEREMONY y Metal Blade, especialistas en avisar tendencias metaleras en alza, ficha a PENTAGRAM no sin antes –imaginamos- obligar a Bobby Liebling a reclutar de nuevo al guitarrista clásico del grupo, Victor Griffin, para así entiendo darle mayor credibilidad a su nueva obra “Last Rites”. En este tipo de casos uno siempre ha de tender a pensar mal. Básicamente porque el señor Griffin hasta hace no mucho aprovechaba la mínima para verter mierda sobre PENTAGRAM y Bobby Liebling y mira por donde, ahora son tan amigos, sacan un disco juntos y se están colando en todos los festivales europeos de prestigio.
Todo ello podría servir para desenmascarar tanto a Liebling y Griffin como a Metal Blade, sin embargo, oyendo este “Last Rites” es de recibo meter toda la mierda bajo la alfombra y hacer la vista gorda. PENTAGRAM han vuelto con un disco soberbio bajo el brazo, un trabajo repleto de geniales canciones –léase “American Dream” o “Death in 1st Person”- que recupera la esencia de los viejos trabajos de PENTAGRAM en los 80’s (“Pentagram” y “Day of Reckoning”) pero pasados por un filtro algo más fresco, puede que incluso atemporal, con ese sabor a disco clásico de alguien que lleva más de 4 décadas grabando y componiendo música de este tipo.
Desconozco si esta reunión del 50% de PENTAGRAM dará frutos más allá de “Last Rites” y algunas actuaciones en festivales. Imagino que todo pasa porque el señor Liebling se mantenga sobrio y alejado de los malos hábitos. Y esperamos que así sea pues si estos 2 tipos, más de 15 años después de trabajar juntos por última vez, pueden parir algo tan competente como “Last Rites”, no quiero ni imaginarme hasta donde podría llegar de sí tal unión. Solo el tiempo dirá…
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