 |
Género: Heavy/Doom Metal
Duración: 42:00min. Año: 1970 Formación:
Ozzy Osbourne - Voz
Bill Ward - Bateria Geezer Butler - Bajo Tony Iommi - Guitarra .png) |
¿Cómo realizar la reseña de un disco tan famoso como la Gran Pirámide de Giza o el gol de Maradona a Inglaterra en el Mundial de México 86 sin parecer un promocional de Coca Cola? ¿Cómo abordar la concepción de un disco con una trascendencia mas allá de lo estrictamente musical, convirtiéndose en objeto de la Cultura Pop?, en difícil dilema me he metido, solo la pasión y el respeto a esta legendaria banda me guiaran en este peligrosamente iluminado camino.
La creación de Paranoid (1970) por parte de los nativos de Birmingham supone una analogía con la extracción de la espada Excalibur de aquella roca por el mítico Rey Arthur, esa violenta fricción que se generó al extraer el acero de la roca, con esas chispas saltando al infinito equivalen a ese infantil pero macabro grito surgido desde el abismo: de las entrañas de un Blues poseído por fuerzas malignas había nacido la Bestia Musical llamada Metal por medio de su Portal de entrada: Paranoid.
Si la obra primigenia y homónima de esta banda supuso un oscuro blues aderezado con riffs no habituales de ese género, donde incluso había lugar para la improvisación, en cambio en Paranoid encontramos una banda más enfocada en encontrar ese sonido que ellos sabían que existiría y que estaba mas allá del Blues y del que se sabían ser los elegidos para definirlo: estamos hablando del Metal, concebido no solamente como un aumento en la potencia en el sonido del Rock convencional (cortesía de Led Zeppelin y Deep Purple), si no como el inicio de un genero con estructura propia basado en riffs cada vez mas agresivos y con una temática cada vez mas alejada de los convencionales tópicos Post-psicodelia.
Es indudable que con Paranoid inicia el peregrinaje de Black Sabbath llevando de la mano a esta infernal creación llamada Metal, quizás todavía arropada por el Blues, pero ya con la entidad propia que se ha indicado, hasta entregarla ya en estado de desarrollo a Judas Priest para que estos a partir del Sad Wings of Destiny (1976) iniciaran su propio peregrinaje hasta dotar de total independencia a este recién creado genero con respecto al Blues.
Si con el disco Black Sabbath el mundo musical conoció a 4 músicos de gran talento como Ozzy Osbourne, Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward, en Paranoid vemos el nacimiento de dos leyendas del Metal: Ozzy Osbourne y Tony Iommi, lo anterior sin demeritar el gran aporte y calidad de los restantes miembros de la banda, Geezer y Bill fueron la plataforma que permitió a Black Sabbath alcanzar alturas insospechadas. Empezando con nuestro querido Ozzy, un cantante que sin tener la voz más potente o virtuosa del género, lo compensa y sobrepasa con un carisma arrollador, difícilmente alcanzable por otros cantantes del Metal mejor dotados vocalmente, su particular y emotivo estilo de voz fue sin duda el equilibrio frente a las pesadas y oscuras ondas sonoras de sus compañeros, contando con todos los matices que se necesitan para ser un grande como vocalista, desde los registros vocales atormentados de War Pigs, pasando por el desenfreno locuaz de Paranoid, hasta llegar a esos registros demenciales de Electric Funeral ; por otro lado con Paranoid un buen e inventivo guitarrista de blues como Tony Iommi transmutaba y se convertía en quizás el guitarrista más influyente del naciente genero del Metal, llevando el desarrollo del Riff a un lugar insospechado y dotándolo de unas texturas que sus contemporáneos Page y Blackmore hasta ese momento no habían alcanzado, ahora más que nunca la composición del música de Black Sabbath giraría alrededor del Riff, y eso se demuestra a partir del disco que se reseña con riffs que por sí solos podrían tener su lugar en el Rock and Roll Hall of Fame por su calidad y variedad, como los inolvidables riffs de War Pigs, Iron Man, Electric Funeral y Hand of Doom .
Me parece intimidante la cantidad de clásicos que podemos encontrar en esta magna obra, los cuales por otra parte configuran un conjunto perfecto, en Paranoid encontramos desde la oscura declaración anti-guerra, envuelta en los solemnes y lúgubres riffs llamada War Pigs, a la encantadora sencillez e inmediatez Heavy Rock de Paranoid, tema estandarte de la banda y del Metal, curiosamente compuesto en tan solo 25 minutos y originalmente concebido solo como un interludio musical; pasando por la fantasmagórica y lisérgica balada acústica de herencia psicodélica Planet Caravan; y como olvidar ese himno del Metal llamado Iron Man, un autentico triunfo en el emergente genero que todos veneramos, tema potente, vital, de proporciones épicas, sencillamente impensable en 1970 y con uno de los riffs más entrañables y furiosos de todos los tiempos; hay sensaciones que no cambian con el tiempo y una de esas es escuchar ese tema de atmosfera tan siniestra como lo es Electric Funeral , en el que un riff sorprendentemente distorsionado e hipnótico cobija letras de proporciones apocalípticas, en un tema sin duda cadencioso; Hand of Doom nos obsequia trepidantes cambios de ritmo y una colección de riffs de antología, en una proclama en contra del abuso de la Heroína; una revirada al lado más blues de la banda lo encontramos en Rat Salad, tema instrumental de magnifica textura y de feeling aventurero, el cual parece herencia directa de su álbum debut, y para finalizar tenemos un majestuoso Fairies Wear Boots , tema soberbio en el que de alguna manera se resume todo el disco, porque tiene algo de cada uno de los temas precedentes, riffs elegantes, cambios de ritmo, atmosfera misteriosa, y un sentimiento bluesero.
Parece mentira que después de 38 años el universo musical que encierra Paranoid siga intacto, sonando igual de fresco como en su tiempo de concepción, lo cual le da a este disco el carácter de inmortal y sagrado en el Metal, y si inicié esta reseña con una analogía quiero finalizarla con otra: Paranoid es como el Palantir del Infame Mago Saruman, ese instrumento a través del cual se podía observar lo que acontecía detrás de las Puertas Negras de Mordor, a través de Paranoid no solo observo a Black Sabbath, observo también a Judas Priest, a Iron Maiden, a Metallica, a Slayer, a todo el Metal.
La creación de Paranoid (1970) por parte de los nativos de Birmingham supone una analogía con la extracción de la espada Excalibur de aquella roca por el mítico Rey Arthur, esa violenta fricción que se generó al extraer el acero de la roca, con esas chispas saltando al infinito equivalen a ese infantil pero macabro grito surgido desde el abismo: de las entrañas de un Blues poseído por fuerzas malignas había nacido la Bestia Musical llamada Metal por medio de su Portal de entrada: Paranoid.
Si la obra primigenia y homónima de esta banda supuso un oscuro blues aderezado con riffs no habituales de ese género, donde incluso había lugar para la improvisación, en cambio en Paranoid encontramos una banda más enfocada en encontrar ese sonido que ellos sabían que existiría y que estaba mas allá del Blues y del que se sabían ser los elegidos para definirlo: estamos hablando del Metal, concebido no solamente como un aumento en la potencia en el sonido del Rock convencional (cortesía de Led Zeppelin y Deep Purple), si no como el inicio de un genero con estructura propia basado en riffs cada vez mas agresivos y con una temática cada vez mas alejada de los convencionales tópicos Post-psicodelia.
Es indudable que con Paranoid inicia el peregrinaje de Black Sabbath llevando de la mano a esta infernal creación llamada Metal, quizás todavía arropada por el Blues, pero ya con la entidad propia que se ha indicado, hasta entregarla ya en estado de desarrollo a Judas Priest para que estos a partir del Sad Wings of Destiny (1976) iniciaran su propio peregrinaje hasta dotar de total independencia a este recién creado genero con respecto al Blues.
Si con el disco Black Sabbath el mundo musical conoció a 4 músicos de gran talento como Ozzy Osbourne, Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward, en Paranoid vemos el nacimiento de dos leyendas del Metal: Ozzy Osbourne y Tony Iommi, lo anterior sin demeritar el gran aporte y calidad de los restantes miembros de la banda, Geezer y Bill fueron la plataforma que permitió a Black Sabbath alcanzar alturas insospechadas. Empezando con nuestro querido Ozzy, un cantante que sin tener la voz más potente o virtuosa del género, lo compensa y sobrepasa con un carisma arrollador, difícilmente alcanzable por otros cantantes del Metal mejor dotados vocalmente, su particular y emotivo estilo de voz fue sin duda el equilibrio frente a las pesadas y oscuras ondas sonoras de sus compañeros, contando con todos los matices que se necesitan para ser un grande como vocalista, desde los registros vocales atormentados de War Pigs, pasando por el desenfreno locuaz de Paranoid, hasta llegar a esos registros demenciales de Electric Funeral ; por otro lado con Paranoid un buen e inventivo guitarrista de blues como Tony Iommi transmutaba y se convertía en quizás el guitarrista más influyente del naciente genero del Metal, llevando el desarrollo del Riff a un lugar insospechado y dotándolo de unas texturas que sus contemporáneos Page y Blackmore hasta ese momento no habían alcanzado, ahora más que nunca la composición del música de Black Sabbath giraría alrededor del Riff, y eso se demuestra a partir del disco que se reseña con riffs que por sí solos podrían tener su lugar en el Rock and Roll Hall of Fame por su calidad y variedad, como los inolvidables riffs de War Pigs, Iron Man, Electric Funeral y Hand of Doom .
Me parece intimidante la cantidad de clásicos que podemos encontrar en esta magna obra, los cuales por otra parte configuran un conjunto perfecto, en Paranoid encontramos desde la oscura declaración anti-guerra, envuelta en los solemnes y lúgubres riffs llamada War Pigs, a la encantadora sencillez e inmediatez Heavy Rock de Paranoid, tema estandarte de la banda y del Metal, curiosamente compuesto en tan solo 25 minutos y originalmente concebido solo como un interludio musical; pasando por la fantasmagórica y lisérgica balada acústica de herencia psicodélica Planet Caravan; y como olvidar ese himno del Metal llamado Iron Man, un autentico triunfo en el emergente genero que todos veneramos, tema potente, vital, de proporciones épicas, sencillamente impensable en 1970 y con uno de los riffs más entrañables y furiosos de todos los tiempos; hay sensaciones que no cambian con el tiempo y una de esas es escuchar ese tema de atmosfera tan siniestra como lo es Electric Funeral , en el que un riff sorprendentemente distorsionado e hipnótico cobija letras de proporciones apocalípticas, en un tema sin duda cadencioso; Hand of Doom nos obsequia trepidantes cambios de ritmo y una colección de riffs de antología, en una proclama en contra del abuso de la Heroína; una revirada al lado más blues de la banda lo encontramos en Rat Salad, tema instrumental de magnifica textura y de feeling aventurero, el cual parece herencia directa de su álbum debut, y para finalizar tenemos un majestuoso Fairies Wear Boots , tema soberbio en el que de alguna manera se resume todo el disco, porque tiene algo de cada uno de los temas precedentes, riffs elegantes, cambios de ritmo, atmosfera misteriosa, y un sentimiento bluesero.
Parece mentira que después de 38 años el universo musical que encierra Paranoid siga intacto, sonando igual de fresco como en su tiempo de concepción, lo cual le da a este disco el carácter de inmortal y sagrado en el Metal, y si inicié esta reseña con una analogía quiero finalizarla con otra: Paranoid es como el Palantir del Infame Mago Saruman, ese instrumento a través del cual se podía observar lo que acontecía detrás de las Puertas Negras de Mordor, a través de Paranoid no solo observo a Black Sabbath, observo también a Judas Priest, a Iron Maiden, a Metallica, a Slayer, a todo el Metal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario