Duración: 44:55min.
Año: 2003
Formación:
Chris Boltendahl - Voz
H.P. Katzenburg - Teclados
Stefan Arnold - Bateria
Jens Becker - Bajo
Manni Schmidt - Guitarra
Tras un disco de descanso, vuelven a sacar un álbum conceptual, como ya hicieron con las leyendas del Rey Arturo en “Excalibur”, o con las luchas entre escoceses y británicos en “Tunes Of War” (muy al estilo “Braveheart”). “Rheingold” está basado en la obra operística de Richard Wagner titulada “El anillo de los nibelungos”, y por lo tanto entre sus temas encontraremos reseñas de la misma, como la aparición de Sigfrido y el dragón, y demás elementos de la mitología germana y nórdica (si bien muchos critican a Wagner, y lo acusan de no conocer bien estas dos y de haber introducido muchos elementos griegos).
Entrando en el comentario del disco en sí, se podría decir que “Rheingold” es más de lo mismo. Es decir, temas musicalmente muy buenos, riffs rápidos y una línea de bajo muy marcada (puesto que hace también las funciones de guitarra rítmica, al sólo haber un guitarrista dentro de la banda), y por otro lado la voz inconfundible de Chris Boltendahl y los estribillos creados con la intención de ser coreados en directo.
Sin embargo, en una primera escucha el disco puede parecer pesado, y es que en la mayoría de las ocasiones dichos estribillos se limitan únicamente a repetir el título de la canción un cierto número de veces. Si, este es el estilo de Grave Digger, siempre lo han hecho, pero en esta ocasión no lo han trabajado como otras veces. Si hubiera que compararlo con otro álbum anterior, se asemeja mas a “Tunes Of War” que a sus dos últimos trabajos, y eso ya es síntoma de que nos vamos a encontrar temas, ante todo, contundentes.
El álbum se abre con la típica introducción, “The Ring”, que es una pieza instrumental creada con sintetizadores y teclados que sin duda podría haber sido mucho mejor, si hubiera sido representada por una orquesta; y a continuación entra el tema “Rheingold”, con Manni Schmidt avisando de lo que va a ser el álbum. Quizá el punto flaco de este tema es la poca contundencia del estribillo, ya que se limita a “Rhein-gold” cantado por Chris y el coro.
“Valhalla” es uno de los temas que están hechos por y para el directo. Himno típico de Grave Digger, este vez el estribillo si que está a la altura de las circunstancias (pese a que vuelve a ser lo mismo de siempre); “Giants” sigue la misma estela del tema anterior, quizá lo más destacado es el riff central, de los que dan ganas ser tocados después por uno mismo.
“Maidens Of War” comienza de manera relajada, introducción a base de guitarra acústica y teclado… pero no tarda en empezar la caña y el doble bombo… y otra vez bajada de tensión, con Chris Boltendahl cantando con su “voz de balada” (quien haya escuchado a Chris antes sabrá que su voz suena muy distinta en las baladas). El tema continúa así todo el rato, haciendo subidas y bajadas, y hay que destacar de él que el estribillo es francamente bueno, así como los solos (alguno de ellos os será familiar, sólo que tocado a menos revoluciones).
A continuación, el que para mí es el mejor tema del álbum, “Sword”. El riff principal es sencillamente acojonante, el ritmo es del estilo de los primeros álbumes de Manowar, machacón, y la letra es francamente buena también. Le sigue “Dragon” (y podréis escuchar el dragón ;) , “kill, kill” una y otra vez, varios cambios de ritmo y estribillo una vez más bien remarcado, similar a los temas del “Tunes Of War”.
El siguiente tema, “Liar”, no llega a los 3 minutos, y es una lástima. Es un tema muy rápido, que recuerda a “Excalibur” por muchas razones, y que habría sido mejor si se hubiera alargado un poco más. Con “Murderer” vuelve la guitarra acústica, y el ambiente oscuro y tétrico… hasta que vuelven a repartir caña de la manera habitual. Sería similar a “Maidens Of War”, en el sentido que hay paradas y acelerones, y hay que destacar de ella las voces del coro, susurrando, y la manera de “acusar” al asesino por parte Chris, gritando con contundencia “murderer”.
Y llegamos al final, con “Twilight Of The Gods”, de manera apoteósica. La introducción es a lo grande, todo un himno épico, seguida de la guitarra de Manni con un riff brillante, y de la potente base rítmica del dueto Jens Becker/Stefan Arnold. Nuevamente hay que destacar los coros, y el gran trabajo de H.P. Katzenburg en los teclados. Tras poco más de 7 minutos, concluye nuevamente con la guitarra acústica, y cierra el álbum de manera excelente.
A los fans de la banda este álbum les va a encantar, porque es 100% Digger. Y al resto quizá les aburra, pero lo que no se puede negar es que el significado de las palabras heavy metal alcanza otra dimensión cuando se trata de Grave Digger. Ya quisiera mas de uno tocar con la contundencia de la que hacen gala estos germanos, y gozar del respeto que tiene entre los fans Chris Boltendahl, todo un símbolo del heavy metal germano.
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