Duración: 50:29min.
Año: 2011
Formación:
Patrik "Pata" Johansson - Voz
Tomas Olsson - Guitarra
Henrik Olsson - Guitarra
Anders Broman - Bajo
Fredrik Bergh - Teclados
Pelle Åkerlind - Bateria
Hace ya un lustro que los suecos BLOODBOUND publicaban su debut, "Nosferatu". Con una estética que se ceñía más a cualquier conjunto de black metal que a una banda de power, que era realmente lo que ofrecían, los escandinavos hacían su primera incursión discográfica dejando una gratísima impresión. Partiendo de aquel entonces se han producido muchos cambios, desde la inestabilidad con los sellos (ahora estrenan andadura con AFM Records) al más preocupante baile de vocalistas, principal lastre que ha tenido que arrastrar el grupo.
Grabaron el primer álbum con Urban Breed, todo un guerrillero del metal sueco que ha lidiado en bandas como TAD MOROSE o PYRAMIZE, mas no tardó en largarse. Kristian Andrén, otro experimentado cantante, le suplió, y su paso fue cuanto menos efímero, no llegando a grabar con BLOODBOUND. Esta nueva alteración en el line-up se corrigió con la incorporación de Michael Bormann para la grabación del segundo disco ("Book Of The Dead"). Bormann era otro curtido cantante, afín a terrenos más hardroqueros, lo que hizo que este estilo se mezclara con el power de la banda dejando un álbum inesperado para los fans de la primera entrega. Pero la experiencia de Bormann en el combo se limitó a ese trabajo de estudio, pues poco después se anunciaba el regreso de Urban Breed, con quien grabarían el tercer largo, "Tabula Rasa". Aquí de vuelta al power, pero sus toques experimentales y progresivos mostraban un tercer álbum también diferente a los anteriores. Y llegados a este punto, otro cambio de cantante: ahora Patrik "Pata" Johansson (DAWN OF SILENCE) se hace cargo de las voces. Con él, llegamos al cuarto episodio de nombre "Unholy Cross".
Bien, ¿qué es lo que ofrecen ahora? Pues principalmente una vuelta al sonido más power del primer disco, aunque eso sí, esas palpables influencias de IRON MAIDEN con las que bañaban los temas aquí apenas tienen presencia.
Las canciones se construyen a base de un power metal de impronta sueca, deudor asimismo de la tradición alemana. Sin hueco para innovaciones de ningún tipo, el primer tema, "Moria", ya deja clarísimas las intenciones musicales de BLOODBOUND. Ese power melódico de riffs galopantes, estribillos recurrentes y coreables, muy para el directo son señas reveladoras de lo que va a venir después. Endurecen considerablemente las guitarras con "Drop The Bomb", uno de los temas más destacados con un estribillo de lo más enérgico y resultón. "The Ones We Left Behind" o "Reflections Of Evil" son dos cortes que podrían haber sido firmados perfectamente por EDGUY en su etapa powermetalera más prototípica, mientras que en "In For The Kill" suenan más netamente heavies. En "Together We Fight", nos topamos otra vez con galopantes ritmos y guitarras muy cercanas del estilo HAMMERFALL. Pasamos ahora a esas alegres melodías de "The Dark Side Of Life", un tema con varios elementos que te podrán recordar a HELLOWEEN, sobre todo a la hora de doblar las guitarras.
La balada del disco es "Brothers Of War", recubierta de un aura épica. Tras los instantes más pausados del álbum, regresa la caña con "Message From Hell", de fuertes riffs y potente base rítmica, y con un estribillo que delata el gusto de la banda por el happy metal, estilo que encuentra más sentido incluso en "In The Dead Of Night", tema de similares características, donde el teclado cobra algo más de cuerpo dentro de la vida medio inerte que tiene en el conjunto total de composiciones. La última rúbrica llega con el corte homónimo, "Unholy Cross", donde la sangre de BLOODBOUND corre por su vena más power melódica. No tengo dudas de que éste es el mejor tema del disco, y con él se termina la escucha.
Huelga decir que el nuevo vocalista encaja a la perfección en la música de BLOODBOUND, de hecho, es muy del estilo de Urban Breed. El resto de músicos desempeña su papel correctamente, encabezados por el guitarrista Tomas Olsson y el teclista Fredrik Bergh, quienes emprendieron esta aventura habiendo salido de STREET TALK, banda de aires más melódicos e incluso aoreros. Esto, como habréis podido comprobar, es otra historia, además el papel del teclista pasa casi desapercibido, siempre en un papel secundario. Con los ya mentados músicos, el guitarrista Henrik Olsson (hermano menor de Tomas), el batería Pelle Akerlind y el recién incorporado bajista Anders Broman, configuran la alineación que pertrecha este álbum. Un buen disco de power metal, pero sólo eso, bastante previsible y repetitivo en ocasiones y lleno de grandes momentos en otros.
Como señalé líneas arriba, BLOODBOUND enfoca este álbum hacia el sonido primer trabajo del grupo, pero todo sea dicho, está bastante por debajo de él.
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