Duración: 44:45min.
Año: 2013
Formación:
Dr. Rock - Bajo
Chad Osborne - Bateria
Ronnie Duncan - Guitarra
Rick Sargent - Guitarra
Michael Duncan - Voz
Thunder Tribe desarrollan un sonido fresco y al mismo tiempo familiar. El inicio de “More Wicked Than Not” es puro heavy metal Americano, con dobles voces, riffs potentes y cortados, magnifica sección rítmica y guitarras a toda velocidad, incluyendo un intenso solo mientras la base rítmica y la otra guitarra van haciendo una síncopa de las que son difíciles de verdad.
“Part of the Black” es una power ballad, con sonido heavy en las guitarras y algunos efectos vocales discretos, que en la parte del solo se crece hasta alcanzar dimensiones propias del metal prog.
La banda combina elementos de los últimos 40 años en cuanto a rock y metal. Me gusta mucho este tipo de grupo que nace sabiendo lo que ha ocurrido en el pasado, siguiendo a los maestros del género y sus propios ídolos. Ellos dicen que sus principales influencias son Black Sabbath, The Beatles, Pink Floyd, Alice in Chains, Iron Maiden, Led Zeppelin y Scorpions. Como ven, un espectro muy variado, del cual logran sacar una música que si bien no es novedosa en su concepto, tiene todo lo que pudiéramos desear los oyentes de heavy metal.
Es en “Say Goodbye” donde descubrimos las influencias de Pink Floyd, pero más las de Dave Gilmour que las de su banda. También aquí suenan muy apegados a Queensryche, con la voz de Michael Duncan mucho más parecida a la de Geoff Tate en sus registros altos que nunca antes.
El dúo de guitarristas formados por Ronnie Duncan y Rick Sargent se despachan no solo en interesantes solos de guitarra, sino también en armonías complejas, ritmos atravesados, y todo tipo de técnicas guitarreras que hacen del disco una escuela para amantes de las seis cuerdas. “The Light” es una muestra de sus momentos más tranquilos, donde Michael Duncan va eligiendo unas tesituras vocales que no se escuchaban desde los años 80 por su variedad y registro.
La canción que da título al disco, tiene ese aire de himno guerrero tal y como su nombre indica. “Believe” retoma la potencia que ya iba siendo necesaria, y la banda recuerda aquí mucho a sus coterráneos de Crimson Glory, y ya a estas alturas puedo asegurarles sin ver el origen de la banda, que son norteamericanos, aunque cuando voy a buscar la información, me dicen que son oriundos de Metalville. ¿Existe esta ciudad? ¡Ojala! Ya me gustaría a mí vivir en Metalville por lo que su nombre implica. (Espero que no sea porque funden hierro en sus talleres)
“Watching it Burn” aunque tiene un buen trabajo de bajo y guitarras, no llega a la altura de las primeras canciones del disco, con una sección intermedia que la desluce un poco. Le sigue “Above the Blue”, suave y elegante, con guitarra acústica y cierto toque sureño que le queda muy bien.
“Echos of a New Day”, tiene un intro instrumental precioso, que se acerca mucho mas al progresivo, antes de caer en la fuerza heavy, en una canción también complicada donde Tom Dawson hace un interesante trabajo con el bajo mientras la batería de Chad Osborne sigue un rumbo algo diferente.
“Fly” tiene una cadencia muy a lo Black Sabbath, con un interesante efecto vocal que simula un coro, con cierto delay en las frases. “It’s a Lie” es algo que recuerda a los alegres Beatles, en una canción que desentona bastante, en sus primeros versos, hasta que se compone ella sola.
La producción estuvo a cargo de Curran Murphy y si te gusta el heavy metal clásico de altos kilates, esta es tu banda.
"http://www.madeinmetal.es"
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