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IRON MAIDEN - Iron Maiden (1980)


Género: Heavy Metal
Duración: 37:42min.
Año: 1980
Formación:
Paul Di'Anno - Voz
Dennis Stratton - Guitarra
Clive Burr - Bateria
Steve Harris - Bajo
Dave Murray - Guitarra 






El primer disco de la Dama tenía un regustillo especial. Desde el comienzo de Prowler se adivina un ambiente encantador y nuevo, una especie de: "Vamos a ver cómo va esto de convertirse en un superventas del metal". El fuerte contraste entre la guitarra de Dennis Stratton, "rockero de base" de acusada personalidad, y la de Dave Murray (ya revoloteante cual polilla nerviosa), mezclados con un Harris que lo tenía clarísimo todo y un Clive Burr que engrandecía cualquier base rítmica con su clase y sus ideas, le daban al conjunto un punto a grupo de barrio de excelentes maneras, todavía sin compactar y definir del todo pero que apuntaba muy arriba. La historia ha demostrado cómo Steve Harris supo "hacer palanca" con fuerza y aprovechar este impulso inicial como nadie más hubiera podido.

Paul Di’Anno parecía moverse muy a gusto en este contexto de grupo que empieza; faltaban aún un año o dos para que tanta responsabilidad y disciplina le abrumaran, y se le ve esponjado y alegre. Quizá él mismo estaba pensando: "Vamos a ver cómo es esto de cantar". Lo que muchos vemos como un talento irrepetible, él quizá no se lo creía del todo pero parecía darle igual; suplía cualquier posible carencia con su imbatible morro de veinteañero.

Iron maiden se presentó como el debut de un grupo de virtuosos. La instrumental Transylvania o los prolongados pasajes sin voz de muchas otras canciones eran una auténtica somanta de arreglos, solos y conversaciones entre guitarras que el grupo se había currado a base de bien en el local y sonaban engrasadísimas, maravilla de la que dan fe las grabaciones en directo de aquella época. Desde entonces, cada vez que algún músico se iba del grupo (que fueron desfilando uno por disco durante los primeros años), el sustituto se vio obligado a prenderse en cuerpo y alma para participar por completo en la sinergia creada, ya imparable.

Como ejemplo de canciones con pasajes veloces y un tanto enrevesados no puedo omitir los desarrollos instrumentales de Prowler y Remember tomorrow, y muy especialmente la "sinfonía" Phantom of the opera, auténtica maratón de riffs que debió hacer las delicias de todo melenudo. Este tipo de canciones convierten a Iron maiden en un disco para escuchar en el sofá, con ración doble de palomitas. Otras canciones más juveniles como Charlotte the harlot, Running free o Iron maiden compensan el resultado con sus ambientes duros y rockeros, más ligeros de estructura y más cómodos de escuchar.

El bicho que nos mira desde la portada no sabía que iba a dar más perras al grupo que los propios discos, supongo que ni siquiera sabía aún que se llamaba Eddie y que le esperaba una urgente sesión de peluquería en la que le convertirían en algo menos parecido a Sid Vicious y más a un heavy de pro, o que recorrería el mundo en forma de muñeco similar a los gigantes y cabezudos de las fiestas de mi pueblo. Pero a mí me da que Steve Harris sí se hacía una idea de su futuro... estas cosas se saben cuando las provocas tú.

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