Hola, Bienvenido a mi blog!

Puedes seguirnos en las redes sociales o suscribirte al feed.

¡Suscríbete a Metal Sentinel!

Recibe en tu correo las últimas noticias del blog. Sólo ingresa tu correo para suscribirte.

0

IRON MAIDEN - The Number Of The Beast (1982)

Género: Heavy Metal
Duración: 48:28min.
Año: 1982
Formación: 

Steve Harris - Bajo
Bruce Dickinson - Voz
Dave Murray - Guitarra
Adrian Smith - Guitarra
Clive Burr - Bateria












Uno de esos discos que marcan un antes y un después, un punto de inflexión en muchas cosas. “The Number of the Beast” es el tercer disco de la banda y el que la subió al Olimpo del Rock, del Heavy Metal en concreto. Este disco desencadenó cambios esenciales tanto en la propia banda como en el mundo de la música en general, especialmente debido a la decisión de sustituir a Paul Di’Anno por Bruce Dickinson.

Los dos primeros discos de Maiden si bien apostaban por el Heavy, que era lo que Steve Harris quería, no pueden evitar tener cierta cercanía e influencia del Punk, el estilo en más en boga en aquellos momentos con los Sex Pistols, los Ramones etc. Había riffs elaborados, grandes solos de guitarra, pero el grupo contaba con un cantante de tendencias Punk, es por ese lado donde los Maiden suenan más gamberros y sucios. Si bien el grupo, una vez pasado el auge del Punk en primera instancia, obtuvo un aceptable éxito (con “Iron Maiden” y “Killers”), es con este disco con el que se encumbrarían definitivamente.

El Heavy Metal, como hijo directo del Hard Rock, coge toda su influencia, su esencia de blues y le añade otros elementos que lo hacen definitorio. La esencia blues queda cada vez más sumergida pero como en todo el Rock siempre estará ahí. Los variantes que plantea el Heavy son un ritmo más acelerado, menos contundente pero más rápido, unos riffs más elaborados, melódicos y una mayor melodía. También se hará muy típico la inclusión de elementos de música clásica, voces muy agudas y cierto barroquismo etc. Entre todos estos elementos el gusto por la épica se hará casi indispensable en los grupos de Heavy que van surgiendo. Para que un grupo se considere de Heavy no tiene por qué tenerlos todos, evidentemente.

El componente épico fue una de las grandes aportaciones que haría Dickinson a Maiden y por supuesto al Heavy, un componente que no tenía y que desde la aparición de Dickinson se ha hecho casi imprescindible en los grupos de Heavy más clásico. Steve Harris, fundador y principal compositor del grupo tenía una visión muy clara de lo que quería, de la música que quería hacer, un Heavy personal, agresivo y de calidad instrumental. Esto se aprecia en los dos primeros discos de Maiden pero la voz de Di’Anno es muy sucia, cercana al Punk y muy limitada para lograr sacar todo el partido a las composiciones de Harris. Esto y los problemas de aquel con todo tipo de sustancias hicieron que en la gira de su segundo disco se contratara a Bruce Dickinson y la historia del Heavy cambiase.

El Heavy Metal nunca sería lo mismo, ni Maiden tampoco. Con Dickinson cualquier cosa era posible, llegaba a todos los tonos y las canciones más épicas y complejas se hacían y ejecutaban a la perfección lo que permitía asumir riesgos máximos desde la composición.

El disco, como los anteriores, fue polémico, ya se sabe que cuando salían cosas referentes a demonios y temas por el estilo mucha gente se escandalizaba. También tuvieron problemas en su día por rollos políticos contra Magaret Thatcher. Se echa de menos esa época en la que se podía escandalizar con talento, ahora alguna gente se escandaliza pero los que provocan ese escándalo son vulgares en sus provocaciones. Una época que me temo no volverá, donde aún existía la ingenuidad e inocencia suficiente para escandalizarse por determinadas cosas y para provocar. Ahora de vuelta de todo no hay nada que sorprenda, nuestra mirada es cínica y nada sorprende ni llama la atención. Una sociedad anestesiada en el confort.

“The number of the beast” es para la mayoría de fans la obra cumbre de Iron Maiden y una de las mayores obras maestras del Heavy Metal. La capacidad y talento de Harris y las facultades de Dickinson elevaron a Maiden y al Heavy Metal a una dimensión hasta entonces desconocida. 8 temas y 40 minutos de puro Heavy metal clásico, con melodía, frescura, potencia y calidad épica, un vocalista descomunal y los dos clásicos hachas del Heavy, Dave Murray y Adrian Smith, una formación clásica en contra de la también clásica de guitarrista y teclista que usaban Deep Purple por ejemplo. A la batería Clive Burr y al bajo el alma mater del grupo, Steve Harris. El ABC del Heavy está aquí.

Invaders: Empezamos de forma contundente, con redobles de batería y un ritmo acelerado, típico del puro heavy, un riff que se repite y la voz de Dickinson que define el estilo por sí misma. El riff insistente y acelerado y la voz en el estribillo de Dickinson llegando y subiendo altísimo mostrando ese aire épico tan querido. Trepidante solo, diálogos guitarreros entre los dos hachas del grupo. Sonido y furia salvaje con la banda pegando fuerte y un cantante cantando con agresividad. El tema acaba igual que comienza, con los mismos redobles concluyendo una estructura de forma circular. Un primer tema que marca el tono e intenciones del grupo en el disco.

Children of the damned: De comienzo suave con unas guitarras casi sin amplificar pero unos platillos inquietos, comenzamos el segundo tema el disco. Dickinson dando una buena muestra de su variedad de registros en este tema más lento hasta que rompe con sonoros gritos sostenidos de tono alto y los ritmos se hacen pesados y contundentes, muy hardrockeros, un tema de gran atmósfera dramática que en el estribillo, con Dickinson forzando la voz, alcanza grandes cotas épicas. A mitad de canción se produce el cambio de ritmo, muy dramático, un ritmo que quiere estallar y se contiene casi a regañadientes hasta que el solo de guitarra se desboca, una vez más Adrian Smith y Dave Murray se exhiben con velocidad y típicos solos heavys, un tema tremendamente épico con una batería que no para de redoblar aumentando el dramatismo. Un tema excepcional, de gran riqueza compositiva, frescura e imaginación.

The prisoner:  El inicio de este temazo inconmensurable es puro Hard Rock, riff pesado y contundente y ritmos de batería algo entrecortados, duros e igualmente pesados. Pero eso sólo es al comienzo, luego la maquinaria Maiden arranca y el Heavy resurge, casi como un homenaje a la música padre, el resurgir del Heavy desde el Hard. El estribillo realmente melódico hace de este tema uno de mis favoritos, maravilloso. Fiero y agresivo. Una excelente composición muy elaborada y con gusto, de estilo clásico donde las estrofas son seguidas de un gran puente y un estribillo magistral. Pasada la mitad del tema toca el turno de las guitarras, que en progresión se lucen en el solo acompañadas de la supersónica base de ritmos de la batería y el bajo de Burr y Harris. Muy buenos solos al estilo clásico del Heavy. El final con el estribillo repitiéndose sin parar nos deja sin aliento. Pura vitalidad.

22 Acacia avenue: Un riff poderoso y con ritmo introduce el cuarto tema del disco. Un inicio que ha inspirado una cantidad enorme de canciones. El riff a solas con la voz de Dickinson hasta que el tema estalla. Esta estructura se mantiene durante la primera parte del tema, repitiéndose, luego un cambio de ritmo nos introduce en lo que parece un tema nuevo. La canción se hace más melódica y con muchos toques épicos en los momentos más álgidos de Dickinson. Pasada la mitad del tema entran las guitarras trayendo algo de paz y atmósfera al tema, una parte instrumental más suave pero que acaba pronto con el resurgir de los contundentes ritmos de la batería de Burr. Final apoteósico con Dickinson  disparado y las guitarras marcándose un nuevo solo ahora más contundente y rítmico. Un final de ritmo trepidante y potencia máxima.

The number of the beast: ¿Qué se puede decir de uno de los mayores clásicos del grupo? El tema que da nombre al disco es una obra maestra del Heavy, que lo define por sí solo. Esa introducción de ultratumba y su melódico inicio con ese grito en mitad de la primera estrofa que es espléndido marca la línea de un tema irrepetible. La cosa sube, la voz de Dickinson también y un grito espectacular da inicio al arranque del tema sin concesiones ya. Estribillo mítico que matiza su innegable melodía con la fuerza y fiereza de ejecución en la voz de Dickinson. Velocidad trepidante, riffs rápidos y batería machacante. Puro Heavy. Grandes solos, diálogo de guitarras como mandan los cánones de los Maiden y trabajo de Harris al bajo extraordinario. La parte final con algunos coros incluidos mientras el tema se deja llevar sin bajar el ritmo es una maravilla. La excelencia del Heavy Metal clásico.

Run to the hill: Otro de los temas eternos del grupo, imperecedero, imprescindible. Perfecto. Esa guitarra, apoyada por el bajo de Harris, da inicio a un tema que es Heavy y melodía a partes iguales. Tras las primeras estrofas con Dickinson el tema se endurece y el ritmo se va acelerando hasta llegar al magistral e inolvidable estribillo, melódico al máximo, casi un himno, tan solemne que en su composición y en la voz de Bruce Dickinson alcanza alturas épicas. Trabajo excelso en la batería junto al solo de guitarra y un bajo speedico, una parte instrumental que termina con otro grito del bueno de Bruce que no se deja nada dentro. El estribillo cantado una y otra vez dando ese carácter épico que tiene, da final a un tema mítico. Es fácil imaginarse a unas tropas volviendo victoriosas de la batalla mientras la cantan.

Gangland: Ritmos aceleradísimos, una batería rapidísima inicia “Gangland”. Siempre ritmos acelerados, como es típico en el Heavy, estrofas que recuerdan al estribillo de “The number of the beast” y un buen estribillo, riffs contundentes y acelerados también, Dickinson alargando las notas añadiendo melodía al tema y dando matices épicos al mismo. El estribillo agresivo y poderoso y Dickinson luciéndose. Nuevo diálogo de guitarras que pasa de una parte más melódica a la explosión de punteos, breve.  El final se acelera aún más y las guitarras se añaden al estribillo. Potentísimo tema.

Hallowed be thy name: Concluimos con otro de los temas más míticos del grupo, que todo amante del Heavy conoce y habrá oído hasta gastarlo. Más de 7 minutos repletos de cambios de ritmo, atmósferas diversas, épica, virtuosismo instrumental y vocal y por supuesto, puro Heavy. Lento y casi misterioso inicio, algo siniestro. Casi sin querer el tema cambia de forma absolutamente natural, las guitarras entran con un grito bajo de Dickinson que lo prolonga al máximo y acaba elevando el tono para deleite nuestro. El tema se acelera, el ritmo aún así es pesado pero Dickinson canta altísimo, los riffs melódicos llevan la canción repitiéndose una y otra vez y con un gran trabajo de Burr a la batería enlazando estrofas y partes del tema. Partes casi sinfónicas se suceden entre las estrofas. Nuevo cambio de ritmo pasada la mitad de la canción como una pausa preparativa para el contundente final que se arranca sin compasión. Riffs rapidísimos, batería acelerada y solos de guitarra a todo tren. La parte final de esa fase instrumental se hace más melódica y Dickinson concluye el tema con su incomparable voz repitiendo el título de la canción. Un gran final de tema para un gran final de álbum.

Iron Maiden es la punta de lanza de lo que se dio a llamar New Wave Of British Heavy Metal (NWOBHM), un totum revolutum en el que se incluyeron grupos como Def Leppard, Saxon, Diamond Head, también Motorhead o Judas Priest. Estos últimos son junto a los Maiden uno de los grandes bastiones del Heavy más clásico, si bien es cierto que los Judas tiene un concepto musical más amplio que los Maiden, y han ido de un Hard Rock con tintes melódicos en sus inicios a tocar el Speed Metal o el Trash Metal. Motorhead en cambio no es un grupo de Heavy Metal, su cantante Lemmy ha manifestado más de una vez que son un grupo de Rock and Roll, algo que no se puede discutir. Su contundencia desde luego ha sido influencia para algunos de los estilos más contundentes como el Trash Metal.

Iron Maiden en cambio siempre se han mantenido muy fieles a su estilo, y cuando se habla de Heavy clásico siempre son los primeros que te vienen a la cabeza. Un rigor indiscutible el de una banda que, si bien no ha evolucionado en demasía, se ha mantenido fiel a sus propuestas. Un referente indiscutible de la música Rock y de la música popular en general. Se inicia aquí el reinado del Heavy con Maiden a la cabeza, esta obra es la corona de ese reinado. Un disco visceral y auténtico, luego evolucionarían depurando su sonido, pero aquí están en toda su esencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...