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DEEP PURPLE - Made in Japan (1972)

Género: Hard Rock/Heavy Metal
Duración: 1:16:17min.
Año: 1972
Formación:
Ian Gillan - Voz
Ritchie Blackmore - Guitarra
Jon Lord - Teclados
Roger Glover - Bajo
Ian Paice - Batería
 
0 Deep Purple - Made in Japan by Metal Sentinel on Grooveshark





Hasta hace relativamente poco, para mí, Deep Purple era, exclusivamente, la banda que había compuesto el archiconocido "Smoke on the water", cuyo mítico riff, yo tocaba patéticamente con la guitarra española en las acampadas. Tenían algún otro tema, como "Hush", que me gustaba, pero realmente nunca me había planteado introducirme en su fascinante discografía, no por nada en especial, sencillamente sabía que Deep Purple estaban ahí, para que, llegado el momento, yo los descubriese. Algo cambió cuando cayó en mis manos Made in Japan: Aún puedo recordar el escalofrío que me recorrió el cuerpo al oir por primera vez la grandiosa "Child in time", con la desgarradora interpretación vocal de Ian Gillan. El disco sirvió para que mi interés por Deep Purple aumentase en proporción a lo que su magnífico talento merecía. Observando en la distancia, considero una suerte el hecho de que Made in Japan fuese el primer disco de los Purple que tuve el placer de escuchar, ya que, a mi juicio, es el disco idóneo para introducirse en el sonido de la banda. Casi todas las formaciones de Deep Purple tienen su encanto, pero en mi humilde opinión, la encargada de crear la salvajada sónica que esconde Made in Japan es la mejor. Ian Gillan a la voz, Ritchie Blackmore a la guitarra, John Lord al piano, órgano y sintetizadores y la fabulosa base rítmica, una de las mejores de la historia, formada por el bajista Roger Glover, y el batería Ian Paice, que la lía parda en "The mule", durante su magnífico solo (yo me quedo acojonado con lo que este hombre hizo con una batería de lo más simple, observa si no la foto de la portada, ni doble bombo ni ostias...¡con dobles pelotas!). La susodicha formación es responsable de los imprescindibles Deep Purple in Rock, Fireball, y el acojonante Machine Head. Made in Japan posee un set list que tira de espaldas, centrado casi exclusivamente en los tres discos ya mencionados. No se trata de un disco en directo cuyo contenido recoje una sola actuación de la banda, sino que nos encontramos ante una selección de temas escogidos entre las grabaciones de tres actuaciones que la banda ofreció en el País del Sol Naciente, durante el verano de 1972. Este hecho no hace perder ni un ápice de interés, ni de frescura, al disco, que puede ser considerado un magnífico ejemplo de la deliciosa manía con la que nos obsequiaron las grandes bandas de rock durante los setenta, consistente en grabar majestuosos dobles elepés en directo. El listado de canciones es perfecto y sorprende la gran duración de los temas: el más corto es "Black night", tema que hasta la publicación de Made in Japan, sólo había aparecido como cara B de la versión europea del single "Speed king", y que dura, ni más ni menos que seis minutos y diecisiete segundos. Cinco de los diez temas que conforman el álbum superan los nueve minutos, circunstancia que alcanza su paroxismo en los casi veinte minutos de "Space Truckin´", algo impensable en el directo de prácticamente cualquier banda actual y, desde luego, absolutamente imposible en un disco de estudio. En Made in Japan se lucen todos los músicos de forma maravillosamente exhibicionista, sobre todo en los infinitos solos del dios de la guitarra Blackmore, respondidos de forma absolutamente genial por John Lord, o en las majestuosas exhibiciones vocales de Gillan, cuyo falsete rockero sería tomado como referencia por practicamente la totalidad de los vocalistas heavies, durante los ochenta. Made in Japan es como un viaje en montaña rusa, sin frenos, ni cinturón de seguridad, un chute intravenoso de adrenalina , además de una clara muestra del potencial que atesoraban las bandas de los setenta en sus directos. Teniendo en cuenta que la calidad del directo es el parametro real para analizar una escena musical determinada, prueba entonces a comparar el mejor concierto al que hayas asistido en tu vida, con el apabullante , grotesco y genial contenido de Made in Japan, y reflexiona sobre el paupérrimo, salvo honradísimas excepciones, periodo musical que nos ha tocado vivir. Menos mal que nos queda el legado de formaciones como Deep Purple, para refugiarnos del continuo bombardeo de basura con el que nos asedian las multinacionales.

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