Género: Heavy Metal
Duración: 52:48min. Año: 2011
Formación:
Cam Pipes – vocals
Justin Hagberg – guitars and vocals Shane Clark – guitars Byron Stroud - bass Ash Pearson - drums |
La primera vez que oí hablar de esta banda, fue allá por el 2004 cuando su tema “Deadly Sinners” caló muy hondo gracias a la promoción de RoadRunner y nos presentaban con aquel single, el que era su segundo disco de estudio, “Advance And Vanquish”. Por aquella época lo curioso del grupo era que siendo canadiense, tuviera tanta influencia europea, y que las tareas vocales se las repartieran entre el cantante oficial, y el “screaming”, que completaba las melodías y estribillos con su voz gutural.
Varios
años después, y con una carrera más consolidada tras girar con gente
como The Darkness, Machine Head o tocar en el Ozzfest, siguieron con una
prometedora trayectoria que llega a su nuevo punto con este disco,
“Long Live Heavy metal”.
Este tipo de títulos tan usados, tan repetitivos, he de reconocer que
no hacen ningún bien a los grupos que los utilizan, ya que este tipo de
clichés han sido explotados lo suficiente como para innovar en títulos
más elaborados y no caer en los mismos tópicos de siempre. Por suerte el
disco tapa este desliz en la nomenclatura.
Ya sin la segunda voz de Jamie Hooper,
que abandonó la banda por problemas en la voz, se nos presentan con su
heavy metal europeo, primordialmente alemán, que nos recuerda a bandas
como UDO, Stormwarrior, Accept o los propios Helloween del Walls Of
Jericho.
He de decir que en este álbum,
demuestran un grado de madurez que les hace sonar mejor que nunca, sin
ser un grupo que proponga nada que no se haya escuchado otras veces.
“Metal Woman” podría haber entrado perfectamente en el disco debut de
UDO tras salir de Accept, y “Look Out” es el mejor tema del disco,
rápido, potente, de buen estribillo y con un solo de guitarra sublime.
El doble bombo no para de sonar canción tras canción, muestra de ello es
una canción como “Leather Lord”, donde la voz gutural, a cargo de
Shane, aporta bastante presencia en contraste con las guitarras dobladas
que recuerdan a los primeros Helloween.
“Chief and the Blade” y “One for the
Ditch” aportan el punto instrumental, étnico, relajado con unas
acústicas en compañía de sonidos de viento que hacen de ellos dos temas
fabulosos para dar un poco de contraste a lo escuchado durante el resto
del álbum. Las guitarras más potentes llegan a “Leave i ton the ice”,
con otro estribillo pegadizo y repetitivo, y los coros y estribillos más
powermetaleros aparecen en un tema como “Men of fortune”, que vuelve a
recordarnos a las calabazas.
Sensaciones enfrentadas le quedan a uno
cuando finaliza el disco. Buen sonido pero repetitivo. Buenas canciones
pero en un volumen excesivo. Se termina, y dan ganas de volver a
ponerlo. Así es que algo bueno debe tener…
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